Yo voy en el número 4.
martes, 17 de mayo de 2011
El Fabra murciano es un señor de Cuenca.
Si hay que buscar “fabras” murcianos, es decir, políticos que inauguran instalaciones públicas a las que no se les da ningún uso, la lista es amplia, interminable. Pero vamos a iniciar esta serie con Domingo Coronado, alcalde de Las Torres de Cotillas.
De maneras refinadas, a todos dice que sí cuando va a ser que no. Su legislatura se ha destacado por el despilfarro, y por tirar, literalmente, el dinero, el dinero de los torreños, que no es el suyo. Reconvertido comunista, ha olvidado sus raíces solidarias para adentrarse en el mundo de la especulación política, y es uno de los ejemplos más evidentes de populismo, demagogia y prepotencia. Da imagen de empatía pero no le interesa en absoluto los problemas reales de los ciudadanos de a pie. Promete pero no cumple. Parece ser el amigo cuando en realidad traiciona a la vuelta de la esquina.
Amante de los lujos, los relojes caros, los coches, le gusta vivir la vida loca y no tenía pudor en ir al ayuntamiento en un moderno descapotable. Se mira en el espejito mágico todos los días, por eso le gusta ver su imagen en los medios, un día sí y otro también. En el periódico municipal (del ayuntamiento, o sea, el suyo, pero que pagan los torreños) llegó a salir en 27 fotografías en un solo número, en apenas 24 páginas. Todo un record.
Veamos unos ejemplos del “fabrismo” del popular alcalde torreño, aspirante a consejero de Sanidad.
A finales de marzo de 2011 inauguró el nuevo ayuntamiento, más conocido como “El Escorial Torreño”. A día de hoy sigue cerrado. Con un presupuesto inicial de 6 millones de euros, el costo final ha superado los 9 millones de euros, con más de dos años de retraso. El consistorio todavía no está operativo.
La piscina cubierta fue inaugurada a bombo y platillo a mediados de marzo de 2011. Ni que decir que hoy sigue cerrada. Con un presupuesto inicial de 3.7 millones de euros, los torreños pagarán a la concesionaria más de 9 millones de euros a lo largo de los próximos 25 años, más dos años de retraso.
El edificio vivero empresas para mujeres lleva ya dos años cerrado, sin ninguna perspectiva de ser puesto a disposición de los torreños. Por desaparecer ha desaparecido hasta el instituto de la mujer de Región de Murcia, órgano del que dependía. Fue una inversión por encima de los 500.000 Euros.
Otro ejemplo. Albergue juvenil y aula de la naturaleza. Más de dos años terminado, y todavía no se sabe qué utilidad va a tener. Imaginamos que debería ser… un albergue juvenil y un aula de la naturaleza. Pero ni eso. Más de 1.200.000 Euros gastados.
El centro social del barrio de San Pedro y el centro social de la pedanía de La Loma fueron inaugurados hace un año. Doce meses después, no tienen ninguna actividad, salvo la cantina. Otro millón de euros en instalaciones no operativas.
Y finalmente, aunque hay más ejemplos, el pabellón cubierto junto a la piscina, terminado en marzo de 2011 y que sigue sin usar. Otra suma de 1.4 millón de euros.
Este perfil se puede trasladar a decenas de pueblos de la Región. Ejemplos que seguiremos dando en próximas entregas. Como en Ricote. En medio de la huerta se inaugura una guardería, destruyendo el entorno tradicional, en la que hoy solo se ven caracoles. Ningún niño ha pisado esa escuela infantil nunca, y solo es refugio de caminantes y vagabundos.
Este es el ejemplo de gobernanza. Aún así, es muy posible que ganen las elecciones municipales de 2011. Esta es la mala noticia. La buena noticia, para los torreños, es que en la próxima legislatura habrá poco dinero para el despilfarro, salvo sueldos y dietas. Aunque haciendo un análisis riguroso, probablemente, la culpa será de José Luis Rodríguez Zapatero...
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